El juzgado encargado del caso, imputa a tres sanitarios por una posible mala praxis lo que provocó el suicidio de Claudia.
La joven que se encontraba ingresada en el centro ubicado en Argentona (Barcelona) desde hacia poco más de un mes y medio buscaba con desesperación poder curarse de los síntomas que padecía … problemas en el colegio, fuerte depresión, miedos … todo ello unido a una autodestrucción que la llevaba a autolesionarse con asiduidad.
Según su madre, pasó de ser una estudiante ejemplar con comportamiento propio de una chica de su edad a un cambio tan radical e incomprensible para su familia y quienes la rodeaban.
La madre de la joven, vivió durante meses, largas jornadas en hospitales públicos y médicos especializados en salud mental y que en algunos de ellos, no sabían ni cómo podían tratar estos episodios.
Los protocolos que debía seguir su madre para evitar que su hija pudiese autolesionarse, fue muy duro y exhaustivo, la vida de ella cambió por completo y su única preocupación, era vivir en un entorno seguro de cualquier cosa o instrumento que pudiese estar al alcance de la joven y que pudiera dañarla.
Claudia estuvo internada en un centro público de Sant Boi y el Parc Tauli de Sabadell de durante unos meses y sin permisos para salir de él . Cuando su madre la recogió, llevaba 17 puntos de sutura en el brazo. En este centro la medicaban pero sin éxito en profundizar en el problema causante de todo ello.
Una madre desesperada que buscaba sin cesar una solución para su hija, la llevó a través de la sanidad privada y por recomendación de un médico, al Centro Ita de Argentona. Un centro de pago cuya mensualidad ascendía a 4.000 euros mensuales y que significaba un gran sacrificio económico al ser la madre de Claudia una pensionista. Así es como desde el 16 de Diciembre de 2020, Claudia permaneció durante 10 días incomunicada y después de este tiempo, pudo empezar a hacerlo con su madre por teléfono y de forma presencial una vez por semana.
La madre de Claudia tenía el convencimiento de que su hija no estaba siendo tratada de su grave depresión ni atendida como debía, ni siquiera recibía información sobre el estado de su hija por lo que solicitó hablar con una doctora y fue del todo imposible conseguirlo.
En la habitación de la paciente, había una TV así como lápices (con los que se perforó el lóbulo de la oreja) además de otros elementos de gran peligro para su salud.
El letrado que asiste a la madre, Sergio Santamaría de Vosseler Abogados, comenta que la falta de control en una paciente de estas características fue insuficiente y de hecho, el cinturón de una prenda de vestir, fue el medio utilizado para acabar con su vida ahorcándose del brazo articulado de la TV de su habitación hoy hace justo 1 año.
Sergio Santamaría manifiesta que el Centro dispone de una unidad de críticos monitorizada y considera inexplicable e incomprensible cómo una paciente con tan severa afectación, no fue ingresada en esa unidad donde no existe mobiliario ni ningún otro elemento en las habitaciones con el que hubiese podido autolesionarse.
Según declaraciones de una compañera de centro, Claudia mencionaba que quería suicidarse pero nadie la atendió, ni se la visitó medicamente ni se le ayudó. Una joven en un centro absolutamente desamparada.
Barcelona 2 Febrero 2021