El 28 de noviembre de 2014 el abogado Daniel Vosseler escribió una columna en la Vanguardia explicando qué es la doctrina del daño desproporcionado.
En el sector de la medicina es donde se producen más negligencias profesionales por las consecuencias que puede ocasionar la falta de diligencia debida por parte de los profesionales de la medicina de un centro de salud.
La doctrina del daño desproporcionado requiere que se produzca un resultado anormal conforme a lo que es usual, es decir, no considera que consista en la concurrencia de un daño muy grave, significativo o catastrófico.
El facultativo responderá de un resultado de un daño desproporcionado si se desprende culpabilidad del mismo. La culpabilidad responde de tres reglas que son: la regla res ipsa loquitor (la cosa habla por sí misma), la regla Anscheinsbeweis (apariencia de la prueba) y la regla faute virtuelle (culpa virtual).
Esta teoría pretende solucionar la prueba de la culpabilidad del autor del daño. Según el Tribunal Supremo, aunque la profesión médica sea una actividad que exige diligencia en cuanto a los medios que se emplean para la curación o sanación, adecuados según la lex artis ad hoc, no se excluye la presunción desfavorable que pueda generar un mal resultado, cuando éste, por su desproporción con lo usual, según las reglas de experiencia y el sentido común, revele la penuria negligente de los medios empleados, según el estado de la ciencia y las circunstancias de tiempo y lugar o el descuido en su conveniente y temporánea utilización.
El Tribunal Supremo llegó a la conclusión narrada después de haber expuesto suficientemente el comportamiento negligente que ha servido de base para la imputación de responsabilidad a un médico.
El Tribunal Supremo hizo una descripción exacta de la conducta negligente del médico al practicar intempestivamente la histerectomía.
En conclusión, el daño desproporcionado se produce cuando se causa por acción un resultado dañoso, que es un daño anormal en relación a lo que es usual en una determinada actividad y ello da lugar al derecho de reclamar una indemnización por daño desproporcionado.