De un tiempo a esta parte, la figura del compliance legal está cada vez más presente en el mundo empresarial. Y aunque las grandes compañías ya han implementado este tipo de programas preventivos, queda mucho por hacer en las pequeñas y medianas empresas, que, debido a su tamaño y posibilidades, en muchas ocasiones no tienen conciencia sobre su importancia y dejan para última hora este tipo de implementaciones. No obstante, tarde o temprano ha de darse el paso. En el artículo de hoy, conoceremos de cerca la figura del compliance legal y daremos las claves para poder poner en marcha el proceso con todas las garantías.
Vaya por delante que se trata de un proceso que todas las empresas han de cumplir, sea cual sea su tamaño. Pero vayamos por partes: definamos que es un compliance legal. Se trata de una persona que de manera independiente lleva a cabo el establecimiento de políticas de actuación correctas dentro de una compañía con el fin de “prevenir, detectar y gestionar” aquellos supuestos riesgos derivados del incumplimiento de las normativas.
En este sentido, la figura del compliance legal deberá crear para la empresa un compliance program, es decir, un manual interno de normas que establecerá el órgano competente de la compañía para conformar un modelo organizativo y gestor eficiente que sirva para reducir el riesgo de delitos que pudieran realizarse por parte de cualquier integrante de la empresa, y en caso de producirse que la compañía quedara exonerada. Con ello se pretende evitar posibles sanciones, así como pérdidas financieras por parte de la compañía. O una posible mancha en la reputación de esta.
Cinco son las principales funciones de la figura del compliance legal. A saber, y por este orden: en primer lugar, identificar riesgos de incumplimiento de leyes y normas; en segundo, prevenir estos mismos riesgos a través de diversas herramientas de control; a continuación, monitorizar que en efecto los procedimientos que se han implementado han tenido éxito; y, finalmente, asesorar a los empleados de la compañía para que realicen sus actividades siempre dentro de la legalidad y la normativa.
Como decíamos al comienzo del artículo, las pequeñas y medianas empresas se están quedando atrás en la implementación de un compliance program, lo que las hace vulnerables a posibles riesgos. Y en este caso, hay que tener presente que la menor capacidad de las pymes las pone en serio peligro si algún empleado o directivo llevara a cabo alguna actividad ilegal que las perjudicara. Así pues, es necesario que se implemente a la mayor brevedad un compliance program que nos proteja adecuadamente.