Parece que se arroja luz al caso del asesinato de Edu C., que se produjo en el barrio Baró de Viver (Barcelona) el pasado 22 de diciembre, y que provocó una gran alarma social. Los vecinos de la víctima se tomaron la justicia por su mano alegando que se había producido pasividad, ante un crimen anunciado, por parte de los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica de Cataluña. Gracias a los datos aportados por cuatro testigos protegidos, se ha procedido a la detención de Olga B. S., esposa del presunto autor del crimen, Pedro. S. M., que fue detenido en enero en Almería, en el pueblo Roquetas de Mar, donde vive parte de su familia.
Pedro S. M. presuntamente escapó del barrio tras el crimen debido a las muchas voces que lo señalaban como inculpado. La jueza del caso, tras la declaración de los testigos, ha procedido a la detención de su mujer, pues podría haber sido cómplice del asesinato suministrando el arma homicida a su marido, y alentándolo al grito de “Mátalo, mátalo”.
La relación entre el presunto asesino y la víctima, los dos vecinos del mismo barrio, se remonta a hace algún tiempo, salpicada por diversos enfrentamientos y discusiones, acentuándose durante las navidades pasadas, como indica la jueza, debido a una nueva pelea y diversas amenazas de muerte que habría proferido el presunto autor del crimen a la víctima tan solo unos días antes del fatal desenlace. De hecho, tan solo dos días antes, Edu C. había presentado una denuncia ante los Mossos, que, como hemos dicho más arriba, no impidió que los acontecimientos se precipitaran.
Pedro S. M. y Olga B. S., tras verse acorralados, partieron hacia Almería la noche del asesinato, dejando la puerta de su casa abierta, así como las luces encendidas y la calefacción en marcha. No obstante, una vez llegaron a su destino, Roquetas de Mar, en Almería, la policía los detuvo, con el resultado de prisión para Pedro S. M. y libertad provisional para su esposa, Olga B. S.
Al parecer, son dos los testigos que habrían visto a los dos sospechosos junto al cadáver, y habrían escuchado que Pedro S. M. les decía a su mujer: “Lo he matado”. En efecto, Pedro S. M. reconoció haber sido el autor del asesinato, pero declarando que se habría producido en legítima defensa, aunque este último dato no ha sido acreditado, como se indica el auto de prisión.
Por otro lado, Olga B. S. ha ingresado en la cárcel el 4 de marzo acusada de coautoría del crimen, para lo que ha sido fundamental el testimonio de cuatro testigos protegidos que ha aportado Daniel Salvador del bufete Vosseler, abogado de la acusación particular.